jueves, 26 de noviembre de 2009

La rutina


Siempre nos aburre la rutina, es lógico, nadie siente placer de hacer siempre lo mismo. El trabajo, a veces, es una de ellas, pero podes lograr en los días de descanso variar tus actividades.
Andá al cine, recorré un shopping, andá a tomar mate a la plaza, y así podría seguir mencionando incontables pasatiempos que podés llevar a cabo.
Notaste también que la mayor parte del tiempo permanecemos encerrados en algún lugar, en nuestro hogar, en la oficina, en el automóvil. Repetimos el recorrido constante de ir de nuestra casa al trabajo, y del trabajo a nuestro hogar. Para los jóvenes, el proceso es ir del hogar a la escuela y viceversa.
Una forma de lograr que nuestro cerebro no lo repita como cinta de video es incluir acciones durante el trayecto del camino.
Disminuí tu velocidad, sentate a tomar un café, recorré una librería, o lo que actualmente realizan las personas para disminuir el estrés, acudir a un gimnasio.
Tené en cuenta que al modificar tus planes, lo primero que debés hacer, es comunicar a tu persona de confianza, ya sean padres, amigos, o cónyuge, sobre el cambio, para que estén al tanto de sus movimientos.
Siempre hay excepciones a la regla, y he notado que cada vez más gente comienza a disfrutar de la vida desde edad temprana. Los tiempos han cambiado, y cada vez se manifiestan más consejos para mejorar la estadía en nuestro mundo. No te quedes atrás, gozá de las cosas lindas que tenés frente a tus ojos. No lo olvides, disfrutá del camino que transitas, no esperes llegar al final de tus días para hacer lo que deseas, porque a lo mejor, sea demasiado tarde.

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